Nos equivocamos a menudo en el amor, a menudo herido, a menudo infeliz, pero soy yo quien vivió, y no un ser ficticio, creado por mi orgullo.
Soportaría gustosa una docena más de desencantos amorosos, si ello me ayudara a perder un par de kilos.
En los principios amorosos los desengaños prestos suelen ser remedios calificados.
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